Educación Canina

Tuve una conversación. Conmigo misma. Me tocó escucharme,  escuchar como me hablaba, como me decía lo que tenía para decirme, como me refería a mi.

¡Me incomodé al hablarme! , me dije lo que nunca me animé. 

Me confesé sentirme incomprendida y recordé mi enojo por haberme hecho callar. 

Muchas veces quedé con la boca llena de palabras que nunca pude expresar.  Muchas veces la emoción fue más fuerte y no me permitió hablar. 

Con los ojos llenos de lagrimas, me confesé el dolor cuando la voz no pude sacar. Recorrí varias calles escupiendo impotencia, escondiéndome y haciendo tiempo para no hablar. Se que no pude gritar,  por miedo, ¡quizás a que me roben la voz!

En plena charla, golpean la puerta.  La que abro y lo dejo entrar. Era él, el miedo, que me dice: ¡gracias!, hace tiempo estaba deseando me dejes pasar. Lo tuve ahí, cara a cara . En silencio lo abrace y hoy se que ya no volveré a callar.

Me dialogue con amor, me vi expandirme como nunca lo había hecho. Me soñé inspirando con mis palabras.

Me sentí poderosa, tenía el poder para volver a construirme. Podía dirigirme  a mi con respeto.

 Y comprendí  que acá empezaba mi respeto por los demás 🙏💫